¡QUÉ ALEGRÍA CUANDO ME DIJERON...!


Qué alegría cuando me dijeron "vamos a la casa del Señor" son las últimas palabras que pronunció San Pedro de Alcántara antes de morir.

Santo entre los santos, conocido por su penitencia, grande por su oratoria, amigo, consejero y primer biógrafo de Santa Teresa de Jesús, rechazó ser confesor de Carlos V en su retiro a Yuste, tomó los hábitos en el convento de San Francisco de los Majarretes en 1515.

Desde entonces, este privilegiado entorno de la sierra que lleva su nombre se convierte en lugar de encuentro con la paz, el desasosiego y la naturaleza en toda su efervescencia, no obstante ya desde la Prehistoria, nos han dejado huella de su paso cada una de las civilizaciones que se establecieron en este paraje fronterizo con Portugal. Desde entonces, este privilegiado entorno pasa a denominarse San Pedro de los Majarretes.

Años más tarde, este Convento se convirtió en Hospedería. Ahora, el Hotel Rural “El Convento”, es un encantador hotel y restaurante con nueve habitaciones donde sentir todo el aroma que desprenden tanta historia y tanta santidad.

Nos cuenta Jose, su entrañable y encantador propietario que son muchas las parejas que desean contraer matrimonio en tan acogedor ambiente, no obstante, a sus excelentes instalaciones, muy mimadas y cuidadas, objetivo de comensales y visitantes que se acercan a “El Convento” desde todos los rincones de nuestra geografía, conocedores de sus exquisitos platos elaborados con caza local y productos propios de la tierra, se le suman la Naturaleza, la contemplación, la elegancia...

A escasos 7 Km de San Pedro, Valencia de Alcántara, por su cercanía a Portugal y privilegiado entorno paisajístico, se convirtió en un importante paso fronterizo para el negocio del contrabando ya incluso antes de la posguerra española, que allá por los años cincuenta duró hasta bien entrados los setenta. Hoy en día se puede visitar el despoblado cercano de “Fuente Oscura” cuyos restos de viviendas recogen los más recónditos secretos de mil y una historias entorno a esta peligrosa actividad. A esta ruta se le pueden unir todas aquellas dolménicas, algunas de las más importantes parten de la Aceña de la Borrega, como la famosa del dolmen El Mellizo.